domingo, 9 de octubre de 2011

David Bedford (1937-2011)

Imagen procedente de last.fm

El pasado día 1 de octubre falleció David Bedford, un compositor y orquestador eminente del que ya habíamos comentado un par de álbumes en este blog. Trabajador y discreto, como tantos otros buenos músicos de los que viven de su esfuerzo diario y no necesariamente de las rentas de la fama, Bedford se ha marchado sin grandes alardes, yendo yo a enterarme de la noticia en una de las revisiones rutinarias que hago de las páginas con las que enlazo. No creo que se hayan hecho eco en la televisión de la noticia de su muerte, al menos fuera del Reino Unido. Este mínimo homenaje llega con unos días de retraso, pero no creo que sea tarde para recordarle.

David Vickerman Bedford, de familia de artistas, figura (incluso en cualquier enciclopedia normalita) entre los músicos clásicos más destacados de finales del S. XX en Gran Bretaña. Cultivador de un academicismo que entronca con la gran música del siglo pasado mediante un estilo reconocible, amén de ser discípulo de Luigi Nono, Bedford es reconocido popularmente por sus incursiones en el mundo del pop-rock y las llamadas "nuevas músicas".

Imagen de thewire.co.uk

No solamente realizó orquestaciones para álbumes del grupo underground de Kevin Ayers, The Whole World, formando parte del mismo como teclista, sino que llegó a hacerse acreedor de grandes ventas con trabajos en los que colaboraba como invitado otro "ex" de Ayers, Mike OldfieldNurses Song with Elephants (1972), Star's End (1974, inspirado en la saga Fundación de Asimov), The Rime of the Ancient Mariner (1975, basado en el poema de Coleridge), The Odyssey (1976, mi favorito personal, inspirado en la obra de Homero) e Instructions for Angels (1976, sobre poemas de Kenneth Patchen) son sin duda las obras más conocidas de las firmadas por David Bedford, álbumes conceptuales en una línea estructural parecida en mayor o menor medida a los superventas de Oldfield en los '70, aunque con grandes variaciones de un disco a otro respecto al uso de arreglos sinfónicos o instrumentación electrónica. A continuación, un fragmento de Instructions for Angels:


También fue David Bedford quien realizó la versión orquestal de Tubular Bells y Hergest Ridge, la segunda todavía inédita oficialmente, además de tener un peso más que notable en la banda sonora de Los gritos del silencio (1984), de nuevo junto a Oldfield, y quién sabe si superándolo en implicación. En su vertiente pop, decir que Bedford también trabajó con gente como Elvis Costello, Frankie Goes to Hollywood y -creo- Enya. Además, participó muy activamente con Ennio Morricone en la dirección orquestal de la banda sonora original de La misión (1986), nada menos, en cuyos créditos figura en lugar destacado.

Imagen procedente de telegraph.co.uk

Dentro de sus trabajos más vanguardistas suelen citarse Star Clusters, Nebulae and Places in Devon y With 100 Kazoos (ambos de 1971), de las primeras entre muchas otras obras en las que Bedford experimentaría tanto con la participación activa del público como con diversas ideas respecto a la posición de los músicos sobre el escenario o el tratamiento de las voces líricas. También es digna de reseña (y de elogio) la labor que realizó en la composición de piezas musicales educativas para niños, y sus múltiples obras por encargo para diferentes actos e iniciativas.

Para terminar, uno de los temas de Nurses Song with Elephants ("canciones de enfermera con elefantes"), y Speak (Tho You Only Say Farewell), una divertida ocurrencia en la que David Bedford se desgañita junto a su amigo Mike Oldfield:


2 comentarios:

Pepe dijo...

Un gran músico, sí señor, vanguardista pero con momentos muy gratos para todos.

Tuve la fortuna de conocerle en Aranjuez cuando vino a colaborar en el Tubular Project. Jorge Andrés y yo le hicimos una pequeña entrevista en la que estuvo encantador, y es que no sólo era buen músico sino además buena gente.

Una gran pérdida, aunque últimamente no se prodigara demasiado.

El conde dijo...

Debió estar muy bien conocer en persona a David Bedford, eres afortunado. La verdad es que el hombre tenía pinta de ser buen tipo.

Seguramente ya había dado lo mejor de sí como músico a estas alturas, y quizá lo que toque ahora es descubrir (o redescubrir) esa gran parcela de su obra que no es todavía muy conocida, por lo menos para mí.

Gracias por comentar, Pepe. A ver si me paso más a menudo por tu blog, que últimamente ando en todas partes y en ninguna.

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