domingo, 21 de noviembre de 2010

Brian Eno - SMALL CRAFT ON A MILK SEA


1. Emerald and Lime (3:04)
2. Complex Heaven (3:07)
3. Small Craft on a Milk Sea (1:51)
4. Flint March (1:57)
5. Horse (3:03)
6. 2 Forms of Anger (3:17)
7. Bone Jump (2:24)
8. Dust Shuffle (1:56)
9. Paleosonic (4:27)
10. Slow Ice, Old Moon (3:27)
11. Lesser Heaven (3:23)
12. Calcium Needles (3:27)
13. Emerald and Stone (2:14)
14. Written, Forgotten (3:57)
15. Late Anthropocene (8:11)
16. Invisible (5:11)

He aquí el flamante nuevo disco del Rey Midas del ambient, Brian Eno, publicado hace un par de semanas. Es lo primero que saca al mercado con su nombre en la portada tras Everything That Happens Will Happen Today (2008), álbum que grabó junto a David Byrne y que podemos considerar una obra más o menos marginal dentro de su discografía por aquello de no ser un trabajo instrumental sino una mezcla de pop y gospel. Small Craft on a Milk Sea (2010) nos devuelve al Eno de la línea pura, el del ambient prístino.

Eno y sus dos colaboradores, en plena faena ( de http://brian-eno.net/).

El disco se grabó lentamente y a lo largo de varios meses, mediante sesiones de improvisación en casa del propio Eno, junto a Jon Hopkins y Leo Abrahams, siendo el segundo colaborador de la gira de David Byrne para promocionar el disco del 2008. Al parecer, el motivo original de reunión de los tres músicos fue grabar una banda sonora original para la película Desde mi cielo (The Lovely Bones, 2009) de Peter Jackson. Al final, el director de El Señor de los Anillos y King Kong se inclinó por utilizar temas anteriores de la carrera de Eno, con lo que las partituras originales quedaron en el cajón del músico. Finalmente éste se decidió a grabar algunos de los temas. Aquí podemos encontrar unos cuantos de ellos, aunque Small Craft of a Milk Sea no es ni mucho menos la banda sonora de la película de Jackson, sobre todo porque incluye mucho más material ajeno a la banda sonora frustrada. Dice la Wikipedia, a la que no pondré objeciones (¿quién osaría?), que los temas del nuevo álbum se inspiran en el estilo general de las bandas sonoras de cine, pero tengo que disentir bastante al respecto. Yo creo que se trata de un disco que podría perfectamente haber llevado un título como Ambient 5 o algo así, ya que está mucho más cerca de las obras cumbre de Brian Eno que de cualquier otro punto de referencia musical.

Las improvisaciones se basaron en una serie de acordes simplísimos que iban siendo reproducidos mientras se les superponían otras texturas y ritmos, y luego todo ello fue lijado, barnizado e inaugurado con champán en el estudio de grabación, donde Eno le concedió un leve atisbo de coherencia interna, si bien es un trabajo tan "libre" que encontrar nexos de unión entre los temas es muy complicado, al margen de que sean todos suaves, elegantes y relajantes. También es verdad que, a pesar del carácter experimental de casi toda obra improvisada, podemos encontrarnos con el Brian Eno más inconfundible en temas como el maravilloso Emerald and Lime, con el que se inicia el álbum y en el que bien podría haber tomado parte Harold Budd. A partir del cuarto corte, Flint March, se imponen ritmos muy actuales y electrizantes, mucho más ligados a la música electrónica tal y como se concibe ahora que como se la realizaba en los lejanos '70 donde Eno despuntaba en su juventud.

Brian Eno junto a los diseñadores de la portada y carpeta del álbum.
Se ve que al tío le gusta tenerlo todo bajo control. De http://brian-eno.net/

Así pintan Horse, 2 Forms of Anger, Bone Jump (algo más calmada, pero rítmica), Dust Shuffle y Paleosonic, en las que debemos suponer que metieron mano a fondo Hopkins y Abrahams. Teniendo en cuenta que a partir de la glacial Slow Ice, Old Moon volvemos al ambient puramente meditativo, podemos entender los temas anteriores como una sección concreta dentro del álbum, algo así como un capítulo de la historia. A partir de aquí hay una serie de piezas bastante oscuras, casi en la línea de Ambient 4: On Land, que concluyen con la conmovedora Emerald and Stone, afín en contenido y título al tema inicial. En Written, Forgotten nos encontramos algunos interesantes punteos de guitarra sobre fondo fluctuante, en la larga Late Anthropocene unas texturas realizadas más a base de ruidos que de música en un sentido estricto; y en Invisible, tan ambiental que pesa menos que el aire mismo, escuchamos un sampleado lejano de cantos de pájaros, entre otros sonidos muy filtrados que prácticamente resultan irreconocibles, aunque probablemente vengan del mundo extra-musical.

Acompañando a la promoción del disco y sus múltiples formatos a la venta, están saliendo a la luz unos vídeos en los que vemos nuevas sesiones de improvisación, siempre en medios de comunicación online, para que nos hagamos una idea de cómo trabajan Eno y sus muchachos. Además, las ediciones de coleccionista contienen más material, si bien he preferido limitarme en esta crítica al álbum tal y como lo encontraremos a palo seco. No cuelgo enlaces en la lista de temas, ya que entrando en http://brian-eno.net/ podemos escuchar varios temas por la vía plenamente legal.

¿Sabéis inglés? Pues hala, hala.

Si no contamos un par de colaboraciones con Robert Fripp en los últimos años, hacía un lustro que el autor de Music for Airports no se dedicaba a expandir su catálogo ambient, y teniendo en cuenta la altísima calidad de este Small Craft on a Milk Sea, está claro que pretende reivindicarse como el gran maestre de lo electrónico que siempre ha sido, por encima de cualquiera a quien hayan bautizado alegremente como "nuevo Brian Eno". O sea, que en este nuevo disco encontraremos a un Eno tan bueno como siempre, con abundantes trazos de su mejor pincel, y además abierto a mucho más. Mirando al futuro y respetando el pasado. Sin fisuras.

1 comentario:

parsick dijo...

Interesante regreso del maestro británico. De sus colaboradores conocía a Jon Hopkins, que publicó un año antes un disco ("Insides") con algunos temas interesantes que poco tienen que ver con esta propuesta. "Small Craft on a Milk Sea, como ya es marca de la casa, está lleno de piezas muy sugerentes, proponiendo una mezcla entre su sonido de toda la vida junto a una apuesta, en la parte central, que incorpora sonidos más actuales. Particularmente, yo prefiero al Eno más intimista, seguramente por razones más cercanas a la nostalgia que a otra cosa. En cualquier caso, me ha gustado mucho volver a escuchar algo nuevo de este estupendo músico, incapaz de darnos un producto mediocre después de tantos años al pie del cañón.

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